Caballito venció 4 a 1 en el clásico e ilusiona. En el Polideportivo de Almirante Brown, el verde sacó a relucir garra y buen juego como marca registrada.
Con la idea de revertir lo hecho en el último trayecto del pasado Apertura, Caballito partió en “Combi” desde Nicasio Oroño, con rumbo al Polideportivo de Almirante Brown. Era hora de dejar atrás la bronca y los últimos puestos en la tabla de posiciones.
Las autocríticas ya habían sido puestas en común en los entrenamientos y los muchachos estaban en deuda no sólo con su gente, sino con ellos mismos. Todos buscaban poner el nombre de Caballito Juniors otra vez en la sima y recuperar el respeto que implica enfrentarse al verdolaga.
La tarde fría no iba a diezmar el clásico ya instalado hace varios años en el Futsal argentino. Por que Independiente – Caballito, Caballito Independiente, es un clásico con todas las letras. Debido a la magra actualidad ambos conjuntos, los dos querían empezar con el pie derecho el presente Clausura.
Desde Nakamura, pasando por Vilchez, hasta Seba López, el verde fue lo que supo ser en momentos de apogeo, un EQUIPO. Un término que no hay que ceder y debería instalarse definitivamente como propio.
El verde logró una importante victoria por 4 a 1. Un resultado mentiroso al ver el recorrido de los minutos. Una vez más el equipo del Pola, no pudo concretar en momentos claves para lograr la tranquilidad. Pese al 4 a 1 final, Caballito mereció más que los de Avellaneda.
