Corrían las 22:00 del domingo y el gimnasio era una gran fiesta. Los jugadores saltaban y se abrazaban en el medio de la cancha con los chicos de inferiores. Desde los más experimentados hasta Juan Rodriguez a quien le tocó debutar en este partido habían hecho su gran contribución para bajar al eterno campeón, y sellar una victoria que quedará por un rato largo en la memoria de todos los hinchas de América. El partido había terminado, y el 6 a 5 del marcador era el responsable de tal alegría.
Antes de esto hubo un partido. Muy peleado y disputado. Muy parejo. Pero fué victoria para América. Por orden táctico. Por no bajar los brazos. Por insistir hasta el final. Por huevos.
Ya desde el comienzo nomás, América dejaba en claro que iba a pelear de igual a igual. Y en el primer minuto Mauricio Martínez no llega a conectar una pelota dentro del área que podría haber significado la apertura del marcador.
Así transcurrían los primeros minutos del partido. América manejaba mejor la pelota, llegando al arco pero no logrando concretar. Y Pinocho siempre es peligroso. Por eso, en la primera acción de riesgo a su favor, a los 5 minutos, desniveló el marcador para el 0-1 en favor del visitante.
América no aflojó en el ritmo del partido, y 1 minuto más tarde de la apertura del marcador, Mauricio Martinez define en un mano a mano contra Elías, pero la pelota sale por al lado del palo derecho del arquero.
Pero nuevamente pegaría Pinocho: a los 6 minutos de juego, en una salida larga y rápida de su arquero, Brian Arraya se anticipa y corta la jugada, pero el rebote queda en los pies del número 4 visitante, que solo tiene que definir con el arco vacío para el 0-2.
América no bajaría los brazos, y a los 8 minutos de juego descontaría a través de Pablo Marcone, luego de una gran jugada de Constantino Vaporaki, que desborda por el costado derecho y envía el centro para que Pablo solo tenga que cabecear al gol. Era 1-2 y esperanza.
Pero Pinocho volvería a golpear, un minuto luego del descuento local, aprovechando un rebote en el arquero de América, definiendo para poner el 1-3 en el tanteador.
América sin embargo no bajaba los brazos, y a los 9 minutos de juego vuelve a descontar nuevamente, y poner las cosas 2-3 en favor de la visita.
A partir de allí el partido ganaría en intensidad, con América decidido en busca del empate, que se le negaba en 3 oportunidades en remates que terminaban en los palos del arco visitante.
Y la justicia en el marcador llegaría a falta de 55 segundos para que finalice el primer tiempo, a través de un contragolpe conducido por Sebastián Potenza quien habilita a Vaporaki, para una exquisita definición de este picando la pelota ante la salida de Elías. El partido se ponía así 3 a 3, y con este resultado terminaba el primer tiempo.
El comienzo del segundo tiempo mostró el mejor momento de Pinocho en el partido. Y fué de esta forma que logró ponerse nuevamente en ventaja en el marcador, a los 3:35, y a los 4:53, para adelantarse 3-5.
América otra vez tenía que pelearla de abajo, y levantar el resultado adverso.
El partido era parejo y con llegadas en ambos arcos, pero el tiempo pasaba y América no lograba descontar. Hasta que a falta de 4 minutos, Mauricio Martinez saca un remate fuerte, cruzado y bajo que se convierte en el 4-5.
Y a falta de 1:37, América sale rápido de contragolpe, abre hacia la derecha para Federico Gomez Taverna, quien patea fuerte hacia el medio para que Constantino Vaporaki corone su gran noche con el empate 5-5.
Pero quedaba tiempo para más. Y cuando solo faltaban 53 segundos, América llega al sexto gol de la noche, en una jugada de tiro libre que agarró mal parado a Pinocho.
Luego de esto todo fué festejo y alegría. Fué para América. Por juego. Por actitud y ganas. Por mucho huevo.
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